La guitarra está construida de un material vivo, la madera, que precisa de unos cuidados y mantenimientos específicos para su conservación y para sacar el máximo partido de su capacidad musical.
Los peores enemigos de la madera, y por tanto de la guitarra, son la insuficiencia de humedad y las temperaturas extremas, que provocan rajas, grietas, desencolados, deformaciones y el empobrecimiento sonoro del instrumento.
Aconsejamos:
• Que la guitarra no esté expuesta directamente al sol durante mucho tiempo.
• No guardarla en el maletero o dentro del coche, dado que especialmente en verano las temperaturas que se pueden alcanzar en el interior pueden ser extremas.
• Que la guitarra nunca esté cerca de aparatos que desprendan calor, tales como radiadores, aire acondicionado… ni cerca de ventanas o puertas que puedan producir variaciones de temperatura.
• Evitar los cambios bruscos de ambientes y temperaturas. Antes de sacarla del estuche conviene dejarla un tiempo dentro hasta que la guitarra se aclimate.
• Evitar ambientes con menos del 30% de humedad. Es aconsejable un ambiente con un grado de humedad entre el 50% y el 70%.
• Mientras no se use tenerla guardada siempre en el estuche y si es posible, que éste disponga de un pequeño humidificador y un higrómetro que nos verifique que el nivel de humedad es correcto. El humidificador ayuda mientras el instrumento esté dentro del estuche, pero no es suficiente si el instrumento se encuentra en un ambiente de gran sequedad.
Hoy en día hay mucha variedad de estuches que incorporan higrómetro, y también de diversos humidificadores para colocar en el interior del estuche.
Limpieza
Nunca conviene limpiar la guitarra con productos industriales, ya que pueden contener alcohol o aditivos abrasivos que pueden dañarla. Como norma general, lo mejor siempre es una gamuza ligeramente humedecida con agua.
Cuando se trata de barnizados a goma laca hay que tener especial cuidado. En este caso, si le cae una gota de alcohol u otro líquido fuerte, lo mejor es enjuagarla inmediatamente para evitar que se destemple la goma laca.
Para evitar también la degradación producida por el sudor mientras tocamos, una vez terminada la sesión conviene limpiarla con una gamuza, frotando suavemente en el sentido de la beta de madera.
Clavijero
Se aconseja como mantenimiento, al menos una vez al año, lubricar ligeramente el engranaje con aceite fluido de máquina, lo cual contribuirá a disminuir su desgaste y a mejorar sus prestaciones.
Cuerdas
Con el tiempo las cuerdas pierden sus cualidades y su capacidad sonora, es recomendable cambiarlas cuando apreciemos que pierden sonoridad, esto puede depender mucho de cuánto y con qué intensidad toquemos, pero al menos es bueno cambiarlas una vez al año.
En caso de cambiar las cuerdas conviene hacerlo una a una y afinándolas según se cambian, para evitar que el mástil se destense, lo cual provocaría una cierta pérdida de sonido, que se recuperaría, pero más lentamente.
Si viajamos, especialmente en avión conviene aflojar las cuerdas, evitaremos así posibles daños de la cabeza o el mástil.
Después de tocar es recomendable limpiar con una gamuza seca los restos de sudor que dejan las manos sobre las cuerdas.
Roturas o grietas
No hay ni que pensarlo, de forma inmediata: aflojar cuerdas y llevarla a un luthier de confianza. Nunca intentar repararlas con colas no aptas para este trabajo, pueden producir daños irreparables.
Barniz
El barniz que se aplica al instrumento persigue cuidar la madera y mejorar el sonido. Un barniz blando y flexible como es la goma laca amplifica el sonido y le da calidez, mientras que un barniz rígido y duro produce un sonido más frio
El barnizado a goma laca es un tipo acabado de los más antiguos, y empezó a realizarse hace dos siglos.Es un proceso totalmente respetuoso con el medio ambiente. En realidad la goma laca lo constituye en esencia una resina natural que una vez aplicada sobre la guitarra pasa a formar parte de ella, protegiéndola, en incluso realzando su sonido.
Es un acabado muy delicado que hay que cuidar. No obstante la goma laca es fácilmente retocable, es decir, rayas y manchas se pueden eliminar mediante una operación de "refresco" de la goma laca, que nos deja la guitarra como el primer día, cosa que normalmente no es posible con otros barnices. Esta operación es aconsejable realizarla cada 4 años aproximadamente
En general conviene como rutina hacer una ligera limpieza con una gamuza seca, cada vez que terminemos de tocar y antes de guardarla en su estuche.
Otros acabados como la nitrocelulosa o el poliuretano no son tan delicados, aunque de igual forma, también conviene cada cierto tiempo pasarles una gamuza ligeramente humedecida para eliminar restos de sudor, polvo u otras sustancias que a la larga deterioran su aspecto y calidad sonora