Desde el primer encuentro, lo primero que sorprende de José Luis Vigil es su forma de ser. De carácter observador, atento, detallista y sensible, sus guitarras son una plasmación de su personalidad. Exigente hasta en el último detalle, con cada guitarra se compromete a hacer un trabajo aún mejor que el anterior. Fruto de este inconformismo, sus guitarras expiran calidad, belleza y sobre todo un sonido cálido de gran amplitud y riqueza.
Meticuloso en el proceso de construcción, que él mismo realiza íntegramente, utiliza técnicas de construcción tradicionales, de reconocida efectividad, que garantizan un nivel tímbrico que se distancia y está muy por encima de las guitarras de producción en serie.
Joven, ambicioso y dotado de un gran capacidad y sensibilidad para su trabajo, Vigil forma parte de la nueva generación de luthiers que en poco tiempo van a consolidarse y hacerse un espacio propio entre los guitarreros de nuestro país. Sus guitarras hoy en día son un valor seguro y una buena inversión por las buenas críticas que está cosechando su trabajo.